En-tierra(s) (de) nadie

Paseo... El lugar es hermoso: algas, peces putrefactos, muñecas rotas, cabellos cortados que recuerdan horas felices y pasadas... No es una re-creación morbosa, es la pura (¿pura?) realidad. Realidad: el mundo de las cosas. De mis cosas, de tus cosas. Todos estamos llenos de cadáveres guardados en la memoria. La memoria nos protege y nos hace olvidar a veces. Algo que agradecer. Pero, también, qué placentero revisitar los lugares de destrucción en donde los momentos mueren, porque así, de alguna manera, renacen. Mundo hecho de silencios, palabras recortadas, miradas como junturas por las que me abismo ya sin miedo, sabiendo que estoy condenada a dulces naufragios en tierras de nadie.

Fagocitosis

Digiero cuerpos extraños, lucho contra la enfermedad que me invade para arrastrarme al mundo del abismo de los sueños en donde todos mis lugares son posibles a la vez... Pero es imposible resistirse al encanto del filo de la navaja, a la atracción de ser un ser centrífugo y a veces inhumano que expele ficciones vividas de forma anticipada,sombras que se escapan, formas de estar aquí y allá que hacen difícil la felicidad cotidiana, sentimientos que impiden los sentimientos por el simple efecto de la multisaturación de la multitarea simultánea del exceso de la caída ascendente. Y así, escalando arquitecturas del deseo, me convierto de manera inevitable-anhelada-catastrófica en catoblepas, animal que se autodevora, infierno de mí misma.