Llevaba tiempo habitándola.
Llevaba tiempo llevando la cuenta del tiempo.
Del tiempo restante, del tiempo vivido.
A menudo, no supo por qué contaba.
A menudo desfalleció.
Sólo falleció una vez.
Y ahora que se ha trasladado a la Casa Grande de la Ausencia
no puede volver para advertirnos que el billete es sólo de ida.
Es algo que ya sabemos,
dirá alguien.
Pero estamos todos tan absoluta-
estúpida-
rematada-
obsoleta-
mente ocupados en el ir viviendo
que a menudo nos olvidamos
de ir
y de vivir
VIENDO.
Para Dolors Rebert.
Para Dolors Rebert.
2 comentarios:
Precioso.
Gracias, Anna.
Publicar un comentario