lunes, 27 de octubre de 2008

e.e. me coge de la mano y me lleva a volar...

... me susurra:
Cuando el tiempo nos despoje
de nuestras seguras tranquilidades...
... le acerco mi voz a su oído:
... y mi alma exhale una mueca
como única arma de defensa, entonces...
habrá llegado el tiempo de las mañanas perdidas,
las cenizas sin esperanza
de volver atrás, la ruptura
de ligamentos cruzados sobre la cáscara
del cráneo que piensa,
inútilmente,
por qué o qué fue
por qué o qué será
EN ESTE MINUTO
INCANDESCENTE.

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