viernes, 3 de enero de 2025

Acto único

 El hombre confinado por las sólidas paredes disciplinarias de las instituciones se revela como tele-hombre, o, más bien, tele-humano. No vamos a añadir ningún discurso referido a las transidentidades, que ya se aceptaron en su momento. Deberían ustedes saber que bajo la vigilancia de una mirada constante que lo somete a la norma, podemos garantizar su docilidad, su endeudamiento. Esto, por supuesto, supondrá una ventaja para ustedes. Si me acompañan… a lo largo de estas paredes podemos asegurarles que no hay un milímetro que no esté dedicado al formateo de cuerpos y almas. Sí, bueno, seguimos utilizando alguna terminología obsoleta porque a veces resulta difícil inventar palabras nuevas… pero para eso están los Nuevos Lectores Drónicos, ¿no? Para inventar e-palabras, jajaja.

Ah, sí, muy buena pregunta, señor… 3.0. cada e-humano tendrá la historia que se merezca. Nos fundamentamos en la base de su vida anterior a la Gran Reprogramación y a sus posibles alergias alimentarias… por supuesto, este tema es muy serio. No podemos jugarnos los resultados en e-humanos que tengan náuseas. Eso generaría gliches y rupturas de formato que, en último término, provocarían fallos de programación a gran escala en todo el mundo.

Ay, por favor, por supuesto. En 2332 no podemos permitirnos bajar la producción. Ya hicieron bastante en contra la pandemia de covid, la guerra Rusia-Ucrania, la crisis de los refugiados y el alza del precio de los marsmallows. Cierto, señor… ah, U.2, sí, no ha habido mejor combustible desde la caída de la antigua Europa que los marsmallows. Pero seamos realistas, con los vehículos actuales tampoco podemos hacer gran cosa desde el Gran Atasco de 2112. El presente y el futuro son los agujeros de gusano y los trenes bala, ya lo saben.

En fin, síganme por aquí. La empresa se congratula de recibir a tan distinguida audiencia. En la próxima sala podrán encontrar los laboratorios llamados Madre: ahí se cultivan los e-humanos. ¿La piel? Sí claro, se lo explico, U.3. El comité no se ponía de acuerdo sobre su color así que se decidió que los e-humanos fueran transparentes. De hecho, es mucho más fácil saber así qué nutrientes o nanobots necesitan. Se han creado conexiones proneurológicas que hacen que su funcionamiento sea óptimo. Un equipo de psicólogos especializados en antropología y filosofía conductista se encarga de garantizarles una libertad aparente para que se sometan sin problemas a los designios de la cadena de producción. Sí, claro, los defectuosos se tiran al humus. Se reciclan, sí. Luego sirven para regenerar nuevos e. Sí, los llamamos así de manera abreviada. También porque resulta que lo primero que entienden sus atrofiados cerebros es esa vocal. E. También nos sirve para llamarlos: ¡E! No se sabe muy bien por qué reaccionan mejor ante este sonido. Hay quien dice que es a consecuencia de la Gran Permuta Digital, en la que tuvieron que acostumbrarse a que su piel analógica se llenara de circuitos que los conectara al mundo E. Pero no se sabe muy bien.

… ah, no se preocupen por esa sirena. Suena para los E. A veces necesitamos despertarlos porque se duermen encima de las cadenas de montaje y las máquinas los destrozan. Los tiempos no están para ese despilfarro de Es, ya se sabe. Sí, por supuesto, garantizamos los repuestos. Eso siempre. Nuestra fábrica es la líder mundial de fabricación de Es. ¿Sí, 3.P.O? Ah, sí, claro, los entrenamos para cualquier cometido, desde construir casas hasta asesinar a quienes ustedes quieran. Son inmunes a los virus informáticos y a la mayoría de los antiguos microorganismos del Cthulhuceno, así que son prácticamente indestructibles. No, eso no debe preocuparles: jamás se rebelarán contra nuestras órdenes. Sí, pueden estar seguros. Generamos de serie una lobotomía que hace que sus centros de decisión no existan. Son la máquina perfecta, jajaj. Además, desde que aplicamos plasma conductor a su sistema circulatorio es muy difícil que se desangren cuando les apliquen ustedes sus castigos de aprendizaje. Sí, claro, garantía absoluta. Pedigrí, sí. Somos un núcleo antropológico acreditado. Por otro lado, si quieren seguirme… en esta otra ala de nuestro edificio… no, no se inquieten por los gritos y por los suspiros… estamos implementando las facultades eróticas de los E para que puedan servirles, si ustedes lo desean, como mascotas sexuales. Sí, hasta ahora no era posible, pero desde que se descubrió que inyectando glándulas de delfisaurios el aumento de hormonas era importante fuimos probando… sí, los esclavos perfectos: incansables, sin deseos propios y con capacidad de adivinar pensamientos en sus dueños. No, no es necesario sacarlos a pasear. Se hibernan por la noche y listo. Eso sí, de vez en cuando hay que someterlos a procesos de desecación porque la acumulación de recuerdos y experiencias saturan sus cerebros… eso aún no hemos podido resolverlo. Pero por supuesto, aquí les ofrecemos el servicio de desecación y, mientras dura (apenas un nanodía), les ofrecemos un E de sustitución.

Bueno, en fin, pues ha llegado el momento. Como saben, los E necesitan un vínculo con su amo. ¿Saben a qué me refiero? Sí, claro que lo saben. Es preciso activar a los E que vayan a llevarse. Si no tienen claro aún cuál o cuáles van a ser… sí, claro, pueden decidir no llevarse ninguno… si cambian de decisión pueden hacerlo de manera remota, ya les haremos llegar las contraseñas necesarias para acceder al E elegido. No, no tienen sexo. O, mejor dicho, tienen todos. Por eso, también, son E. Elles. Pero ustedes pueden decidir adjudicarles un masculino, un femenino o dejarlos tal cual. Sí, también pueden hacer que transicionen de uno a otro género. Todo esto del binarismo está un poco anticuado, lo sabemos, pero también sabemos que hay quien tiene antiguos gustos, ¿verdad? Jejeje… En fin, no me alargo más. ¿Quién quiere ser el primero en ofrecer su sangre para impregnar a un E? No pasa nada, les daremos suplementos sanguíneos. Pero ya saben que los E no se activan sin un acto único de creación del vínculo.

Dragones

Alas, ruedas, nubes, cielos azules, plomizos. Los engranajes se mueven y alumbran algunos mundos, navegan entre días de plomo. Escribo en un mar de vida. A veces las olas están altas, a veces bajas. Siempre estoy en ese equilibrio precario entre fantabular, creer, crear. A menudo la fe se acaba en un puro humo, en el recuerdo de un artificio, en la sonrisa forzada de los días sin causa y sin pausa. A veces vuelvo a creer que soy alguien que escribe. A menudo soy alguien doliente que por fin ha aprendido a vivir en el presente: 

no en el pasado con sus heridas de ciénaga
tampoco en el futuro con sus dudas alimenticias de
neuronas desfallecidas.

Solo soy yo la que se pasea por aquí esperando que tú me veas.
Solo soy yo navegando contracorriente... No, ya no. Lo único que intento es seguir la corriente de mis días humildes, silenciosos, escondidos, mientras me pregunto cuándo levantarán los dragones el vuelo, mientras me aletean por dentro los libros perdidos, soñados, enfermos de pasado, febriles de futuro, pero nunca apresables dentro de las horas 
corrientes.

miércoles, 10 de abril de 2024

Vía

La piel se aleja
como una serpiente 
     de vidas cruzadas.
Los cables tejen lamentos 
bajo el cielo turbio
     de hollín y
vidas pasadas al son
de las voces que dicen
cuánto tiempo y si tú supieras.
El páramo de la piel
descolgada desde sus
más antiguos cimientos,
el horror de la voz
desesperada que clama
por no llegar nunca
     a su destino,
por el vagar de los ojos
por los verdes pies
y los orígenes amarillentos de este minuto 
     en calma:
todos somos esqueletos
cubiertos de oxígeno 
                        y ansias.