sábado, 9 de diciembre de 2017

Aire fresco

Te cuesta respirar y te duele
el mundo:
él te atraviesa y tú vibras según las corrientes del Averno o
del Invierno
o
de todos los lares enfurecidos que de repente han decidido que el mundo no es tu casa,
que apenas estás de alquiler de tus días
que tu piel no es tu piel
sino el forro de tus días.

Entonces, de repente,
viajas más allá de ti misma
y no esperas sobrevivir a la madrugada de las horas en blanco,
pero la vida es un viaje
del que siempre vuelves antes de apearte.
Somos todos tan superiores
y tan grandes y tan
enorme-
mente
brillantes que
la vida se nos queda pequeña y soñamos
con romper los límites
mientras quizá
lo único que vale la pena es ese temblor de ojos húmedos
ante lo que de verdad importa: estar aquí, ser aquí.

En el trayecto, sueltas lastre:
la autocompasión, el fuego de la ira, el hielo de la ida
hacia esa zona en la que ya no eres más
que el puro anhelo de
aire fresco.

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