martes, 5 de septiembre de 2017

Pestaña

A un minuto de pasar al otro lado del día,
descubres
que se te cae una pestaña como los tiempos cambian de piel,
como las serpientes cambian de año.
Pasa el tiempo, sí. Eres la pura hojarasca.
Te deshaces
Te desvaneces en tu propia humanidad
-esa que te avisa de que este cuento se acaba en algún momento-,
pero sabes que tienes una carta clara
para navegar,
una sola carta
en este juego:
luchar
contra la corriente marina de todas tus decepciones,
de tus abulias y tus días en blanco,
de tus miedos y tus roces
con el pequeño huracán
que cada día amenaza los bordes
de tu pequeña taza de café matutino,
ese barco en el que te zambulles sin pensar demasiado
y sin pisar demasiado
las losas
futuras
de tus
días
contados.

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