Salir a volar significa que tú estás allí donde no es necesario
y eso hace leve el día
Significa que tu sonrisa se hermana con la mía,
que te coses a los pliegues de mi alma como el viento a la hojarasca
como el barniz de los días al lento febrero que llega hasta el mes de mayo vestido de fríos y flores
como el amor de la lumbre de tus ojos que pisotean el vacío.
Salir a volar es saber que tú estás, y no por casualidad
Es cazar cielos sin permiso de las nubes de tormenta
Es sonreír cuando los pies te pesan
Es amar lo que haces aunque a veces salgas a volar pensando
que el vuelo es rasante
que estás cansado
que mañana es un día que se precipita con la premura de la falta de sueño
Es ese momento en el que nada es preciso y sin embargo
aquí estás, dándome la mano,
diciéndome que respire
y sonría
porque la vida es esta lenta curva en la que solemos chocar a menudo
y sin embargo seguimos
por aquí
atados a las preguntas de siempre
y a unas pocas respuestas que nos vamos inventando para que se nos olvide
que somos pequeños ícaros
azotados por el viento.
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