lunes, 14 de agosto de 2017

Vacaciones

Nunca sabrás si estar vivo es desconectar
de ese otro yo que te consume las horas
y consuma tus sueños.
Nunca sabrás
-salvo por ese escozor de los días que pasan-
hasta qué punto vivir
es vivir a la intemperie,
ayunar los miedos,
comer ese trozo de calle en tus esperanzas
que a veces se retuercen.

Solo si de vez en cuando te das vacaciones
de ese que eres tú desde el ala de las preguntas
podrás tener algunas respuestas.
No es importante, claro.
Las respuestas no son los hilos
que devana la mano que teje
la suerte con alevosía.
Las respuestas son el horizonte que nunca se alcanza:
lo que hace el camino.

Por eso, cuando des el primer paso hacia ese otro que eres tú
-en otro lugar, en otro tiempo-,
recuerda que estar vivo se parece a ese vértigo de no saber
hacia dónde te llevan
las horas
los sueños
los miedos
las preguntas
y los versos que cavamos
más allá de las certezas,
más acá de la quimera de las frases impuestas
por aquellos que,
en su trono de respuestas,
imaginan darnos forma
para construir
sus propias vidas.

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