martes, 4 de septiembre de 2012

Sobre la necesidad


A veces,
hay que dar de comer a la bestia.
Si no le das su buena ración de poemas
o una brusca ensalada narrativa,
existe el peligro de que,
vía acidez existencial,
recuerdes demasiado los amores truncos,
los juncos de ardor que te placaban
con insuperables flemas de críticas tóxicas
y te envenenaban las entrañas
llamadas por las batas blancas colon irritable.
Y es así como
según decía el sabio en algún perdido haikú
Primavera rota que
las cerezas ya
lanza hacia el orto
O algo así.

2 comentarios:

Montserrat Seró Casals dijo...

Pues sii... es una parte mas de nosotros... Y que riico cuando le das de coomer!!

Rosario Curiel dijo...

Cierto, Montse :)