viernes, 14 de agosto de 2009

Despotricando

Me temo que tengo poca paciencia,
y en algún sitio
quedan los restos de mis cenizas de este día.

Es tan fácil como que me estaba ahogando y me he pasado por aquí.

No me digas que nunca te ha pasado eso
de que el mundo aprieta pero no ahoga

o quizás
era ese dios del que todos se andan burlando
y al que todos imploran cuando las cosas van mal.

No sé.

A estas alturas siempre recorro con los ojos de mis dedos el calor de mis libros
y la música siempre es un refugio
y el olvido del pasado pasado

y la mirada de unos ojos brillantes que saltan al rescate

para recordarte algo tan evidente
como que
mañana será otro día.

Desde luego, es cierto que no me arrepiento
de ser alguien
que sonríe
y se ríe de sus miedos
porque en un día
prometí ver la alegría
prometí vivir cien años.


Y es por eso que estoy aquí, escribiéndome, arándome

renaciendo
de mis cenizas
arañando la tierra que otros desprecian pero que para mí
es algo
tan claro como que
los días no nos vienen hechos por encargo
que los instantes
no pueden llevar doble capa de queso

aunque
quizá sí
doble de besos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Sí, me ha pasado. El tema será que no sea muy seguido. ¿Será?

Un cariño
Gabriel

Rosario Curiel dijo...

Basta con que tengamos alternancias de respiro entre despotrique y despotrique. Lo demás es ir viviendo.

Un abrazo,

Rosario.