miércoles, 19 de agosto de 2009

Crónicas del Nuevo Mundo (reloaded)

Es cierto que no venimos a esta vida (esta vida es aquí,
ahora)
con un manual de instrucciones.
A lo sumo se nos suministra un Manual de destrucciones
para ir tirando hacia el final del cuento que somos desde que nacemos.

Sería necesario un manual de instrucciones.

Leeríamos, entonces,
-si alguien lo suficientemente sabio y vivo lo escribiera-
que ser feliz es y no es
ser
feliz.

Que ser (feliz)
es más ser que tener
más
estar pendiente de uno y de los demás
que (de otra manera)
andar por ahí.
Ser, y no
ir siendo
traducidos.
Traducirnos, esto es
atravesarnos conduciéndonos a través
de nosotros mismos
y ser en el fondo
pero muy en el fondo,
es decir:
pro
funda
mente
Ser feliz
es ser
hasta la más abyecta y absurda
emoción.

Porque El Proyecto
somos nosotros: tú, yo.
Porque la vida es ser. No ir siendo.
¿Poesía? No. Proyecto.
Proyecto eres tú.
Y nosotros somos El Proyecto.
Ser. Nada más. Con eso basta. Qué alegría tan alta, queridos pájaros agoreros,
vivir en los pronombres.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me gusta lo del proyecto de a dos.
Debe haber siempre un para qué, o también un para quién.
¿Qué sentido un proyecto para uno mismo sin poder compartirlo con alguien más?

Gracias Rosario, un cariño
Gabriel

Rosario Curiel dijo...

Exactamente, Gabriel.Si uno es sólo "uno para sí", se ahoga en sí mismo. Si no hay "para qué" ni "para quién", la línea del tiempo y el espacio se anudan hasta estrangularnos. Toda isla necesita sus istmos.

Gracias a ti por leerme y comentarme.

Un abrazo,

Rosario.