A ras de suelo vuelo y recomienzo el camino una y otra vez. Camino que se traza bajo la fiebre de mis pasos, ansia de supervivencia en el Nuevo Mundo para el que no existen mapas. ¿Luchas? Las justas. Sin encarnizamiento.
Es sólo mi cerebro,
ese ente húmedo, enmarañado y confuso,
esa masa vacilante de temores y de sueños,
el que se niega a pensar más allá del miedo,
más allá de la
incertidumbre.
Querido Doctor Hofstadter, es básicamente esto lo que siento:
YO SOY UN EXTRAÑO BUCLE
Y por eso no se extrañe, aunque sé que me entiende
porque usted también es un extraño bucle, y todos somos un extraño bucle
y por eso
nos enmarañamos
nos complicamos
enredamos
sin pensar que
siguen creciendo flores en el campo
y el Nuevo Mundo se puebla
de hierbas que renacen
como yo renazco
a la luz de la luna que sonríe
al amparo del sol de mis sueños.
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