sábado, 4 de octubre de 2008

Reposo

Con la cabeza aún aturdida de rojo, sueño-vivo puentes, aguas, nuevas montañas-mares, piedras, bosque naciente que surge a cada paso como un bálsamo, la línea del horizonte se detiene por un momento, se deja apresar por mis manos, y en la yema de mis dedos se unen cielo y tierra...

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