domingo, 12 de octubre de 2008

Llamas-flores


El tacto en las plantas de los pies se hace de repente suave, ya no punzan las imágenes que retuercen silencios, ya no añora mi piel el recuerdo de la lógica del combate, de las batallas, de las heridas. Ya todo el llano es caricia, alfombra de sueños. Imposible volar. Estoy volando. No se puede aspirar a ir más arriba, a menos un palmo del suelo. Todas las llamas se convierten en flores de pétalos vibrantes y rojos y tallos que bailan al son del bosque de arcos, de las hojas-manos-dedos, del rocío en la superficie del cuerpo-montaña que de repente crece y se hace uno, uno más, del paisaje de la vasta planicie que se ondula como la hierba de los días que crecen a lo largo de los años.

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