lunes, 29 de septiembre de 2008

Magnificat

La visión perfecta, las olas bailando melodías que rugen silencio, la noche interna, el universo en claro... Nuevo Mundo acordado, armónico, en el que todo sucede de manera inesperada y natural, como todo lo que surge de manera inesperada. El sol brilla alto y no temo a la Zona Gris, el tránsito de la noche al día, del día a la noche, el lugar sin espacio en el que de pronto, a veces, en pleno vuelo, me sorprendo, ese hiato de ideas-sentimientos-pasos, ese de golpe ahogarse por temor al vacío, a la caída libre. Todo es caída libre ya y vuelo remontante, arabescos, gotas de agua, alas de gaviota, pulsación, voces al cielo desde donde llueven instantes ganados de repente en este Lugar Sin Tiempo. A pleno día, las estrellas pestañean, imposibles de contar.

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