martes, 23 de septiembre de 2008

De vita nuova

La nueva alegría, el descansar en paisajes viejos y nuevos, siempre revisitados, el aceptar que mañana haga sol o llueva, la libertad reconquistada, no a base de reprimir deseos contradictorios, sino al consolidar, palmo a palmo, el territorio que aspira a la verdadera alegría, escalar montañas con las armas sobre los hombros sin apenas sentir el peso, decir sí a las zarzas que me hieren, sí a las flores y al bosque lleno de perfumes, sí a creer en la realidad que no se deja reducir a meros mapas prefijados, sí al crecimiento lento, a la debilidad de los pétalos que caen, sí a la elevación de esta áspera montaña, sí al cansancio del cuerpo, a la épica de las multitudes que se agolpan en mi cerebro, a la creación constante de los días...

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