sábado, 2 de agosto de 2008

Paréntesis y escaleras

La vida (¿qué tal, Pessoa?) es quizás eso que pasa mientras descansamos de ella. En el lugar en el que subimos y bajamos escaleras, el descanso del ángulo. En el transcurrir de los días, la línea que se escribe a cada minuto interrumpida por un paréntesis en el que pensamos, ampliamos lo dicho o respiramos. Quizá sólo eso. Afuera queda el tráfago de los motores ajenos. Aquí la paciencia, el acto infinitamente humilde de escribir y vivir a solas, en silencio. Mientras, alzamos interminables arquitecturas para crear el reino de las posibilidades.

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