jueves, 27 de marzo de 2008

El límite

El límite, esa como sensación de haber llegado a algún lugar que se acaba, esa esperanza vana de que haya un puente (un puente es apoyo-abismo-apoyo) para saltar al otro lado y encontrar nuevos espacios vacíos inexplorados que irremediablemente llevan el polvo de mis maletas ya desgastadas en sus bordes por los estragos del tiempo. Más acá lo conocido y consumido, más allá lo que está por conocer. Asombra esa capacidad espero humana de reinventarse, de saltarse límites, de encontrar nuevos mundos que te pretenden, que te rondan, que a veces no te crees pero que ahí están, agazapados, esperando desplegarse en el mapa de tus días. Sólo, de vez en cuando, hay que comprender que el puente que nos lleva al otro lado es demasiado débil, quizá voladizo, quizá flotante, quizá existe si se tiene la suficiente fe como para cruzar el puente. Llego al límite (una vez más), decido soltar mis maletas: tengo aún demasiados recuerdos contenidos en el polvo del camino recorrido. Doy el primer paso hacia lo nuevo desconocido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esa capacidad espero humana.
Esa capacidad pienso humana.
Esa capacidad quiero humana.
Esas capacidades humanas. Esperar, pensar, querer.

http://desde25211.blogspot.com
Xavier Moreno