martes, 5 de febrero de 2008

Vías de circulación

Vamos encerrados en nuestro propio mundo (coche, habitación, cerebro) saturando nuestros oídos de músicas ajenas (CD, radio, ipod, gritos) sin escuchar nuestra propia música interior. Existe la música interior: está pautada por silencios. Silencios interiores. El mundo de fuera corre. El mundo de dentro a menudo está asordinado. Nos da miedo, queremos amortiguarlo. Podemos llorar si dejamos que salga, o reír como locos. "Sé tú mismo" es una orden ilógica. Nadie sabe en qué consiste ser uno mismo. Somos seres en tránsito, siempre de un lugar a otro: nuestras vidas son los ríos, dijo Manrique, aquél que cantó la muerte de su padre. Él no vivía en las carreteras, en las calles, en los flujos de ruido. El ser humano es esencialmente ruidoso. Vive en perpetuo rodamiento. Y sin embargo, guarda un extraño silencio en su interior: con esa materia se tejen los sueños.

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