domingo, 2 de diciembre de 2007

Estación de tránsito

No nos quedamos, aunque nos gustaría una cierta permanencia... Llegamos, salimos, nos damos de bruces contra el dolor, el vacío y el silencio. Preguntamos si dentro hay alguien más, pero sólo estamos nosotros. Cada uno. Cada una. Fuimos y seremos quizá, pero difícilmente somos. Pensamos en presente, vivimos en... vivimos. Sin apenas darnos cuenta, pasamos de la euforia a la consigna de la tristeza. Llevamos maletas cargadas de recuerdos y temores. De fuera nos llega el ruido de otros trenes. El silencio es nuestro gran tema. Plutarco, un vecino de otros siglos que aún nos habla desde las páginas, nos advierte: "Los hombres aprendemos a hablar y los dioses a callar". Sí, los dioses callan. Y el silencio es un cruce de vías entre el tiempo, la nada, el destino del ser humano y la supuesta eternidad que en secreto ansiamos. Mientras, vamos, venimos, nos accidentamos... por nuestra mente, verdadera estación de tránsito.

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